Aún recuerdo los buenos tiempos en los que no existía el fenómeno. Ojeando la revista del Círculo de Lectores, vi un libro, de título, como se puede imaginar: Crepúsculo. La portada era muy sencilla, incluso vulgar, diría yo, y me recordaría a cualquier cosa excepto al tema de la obra, los vampiros. A mí una manzana me recuerda a Adán y Eva, al pecado, a yoquesétodomenosvampiros. Pero eso no es lo importante, el caso es, que como aunque a veces no lo parezca, soy mujer, y alguna hormona de esas tengo, en la época 'arromantizada' en la que estaba... en fin, que decidí pedirlo. Llegó en sus religiosos dos meses (más cuarentamil días) que tarda el Círculo en traerte tus pedidos, y me lo leí en aproximadamente 2 o 3 horas.
Bien. Me gustó. Sí, sí... Me gustó el libro. Pero no malinterpretemos. Me pareció un libro entretenido, y, efectivamente, como me habían dicho: pasteloso,muy pasteloso. Y ya está. Nadie lo conocía, y lo pude comentar con tan sólo un par de personas, a las cuales tampoco les pareció nada del otro mundo. hasta ahí perfecto.
Otro día, ojeando de nuevo la maldita revista del Círculo, ví que habían sacado la segunda parte del libro, me la compré, la leí. Entretenido, aunque a nivel del anterior.
Fue entonces, justo antes de que saliese el tercer libro, tan sólo unos meses antes. De repente, empecé a observar a gente en el instituto portando carpetas, estuches, y demás merchandising de la saga. Aluciné un poco, pero bueno -pensé- será como cuando triunfó Harry Potter. Fansedad sana, amor a la obra, SANOS. Pero no. Salió el tercer libro y pasé de pedirlo por el Círculo, me fui a la FNAC, y resulta que hacían una especie de presentación rara, y que cuando llegué quedaban dos libros y medio en la estantería. Bueno, me lo llevé y me lo leí. Pésimo, un bajón de nivel y de todo impresionante. Pero las niñas ya estaban tan enchochadas con su querido Edward que igual podría poner en el libro que comía mierda, que las habría visto por las esquinas intentando conseguir mierda de contrabando, o comiéndose la suya propia.
De repente todas las chicas amaban la lectura, todas iban con un libro bajo el brazo (Crepúsculo, alguno de los siguientes o cualquiera de vampiros que aprovechó el tirón después), cuando nombrabas cualquier palabra que pudieran relacionar con la saga se volvían locas y daban saltitos y grititos similares a los de una rata con la rabia (?), y si insultabas a algún personaje tenías que correr a esconderte tras unos arbustos.
Cuando sacaron la película ya llegó el límite. Adoraban por encima de todo a actores y actrices que no conocían y que, de hecho, otras veces llamaron feos/as (como el que hace de protagonista, que representó un papel en Harry Potter y recuerdo perfectamente cómo todas las chicas hablaban de lo feo que era).
Se había culminado el fenómeno crepusculero. Ya era toda una nueva religión (amén. o debería decir "culén"? (toma chiste malo).
Supongo que si hubiesen puesto a Paquirrín les habría dado lo mismo.
Continuará...
0 comentarios:
Publicar un comentario